Cuando la Materia Cobra Vida
La gente me pregunta a menudo sobre mis esculturas, sobre cómo las hago. Y la verdad es que empleo un montón de técnicas diferentes. Para mí, cada metal tiene su propia personalidad, ¿sabes? Así que trabajo con aluminio, latón, bronce, hierro, y acero inoxidable. Cada uno aporta algo único a la pieza: el brillo del latón, la seriedad del bronce, la ligereza del aluminio…

Pero si tengo que ser sincero, el hierro forjado es mi gran amor, mi material estrella. Es con lo que más disfruto y lo que más utilizo. Me encanta cómo puedo cortarlo, dándole la forma que tengo en la cabeza; cómo después lo uno, pieza a pieza, hasta que todo encaja. Y luego está la soldadura, que para mí no es solo una forma de pegar las cosas. La uso para rellenar, para dar textura, para que esa unión sea también parte de la expresión final de la escultura. Es un proceso casi alquímico, donde el hierro, tan rudo a veces, se convierte en algo delicado y lleno de significado bajo mis manos.
